Apasionadas del Valle del Tulúm propone, entre versos, rendir un homenaje a la mujer de San Juan desde el origen de los tiempos hasta nuestros días.
En la provincia donde la mujer votó por primera vez dentro del territorio nacional, donde surgió la primera legisladora de Sudamérica y que dio figuras míticas como Deolinda Correa, memorables como Paula Albarracín, bravas como Martina Chapanay y rutilantes como María Ruanova, se impone resignificar el rol de la mujer como actora social.
Por esto, al recorrer sus cinco capítulos: “Mujer apasionada”, “En el Valle del Tulúm”, “Mujeres de ayer”, “Mujeres de la historia reciente” y “Apasionadas de hoy y para siempre”, la obra moviliza al lector adulto, pero sobre todo, a las nuevas generaciones a descubrir y conocer más sobre los personajes femeninos y los acontecimientos centrales de nuestra historia.
Además, los textos están acompañados por imagenes, en su mayoría, de obras de artistas plásticos sanjuaninos. Con lo cual, palabra e imagen se conjugan para brindar una experiencia estética integral y de valoración del acervo cultural de San Juan.
Palabras de la autora
Con Apasionadas del Valle del Tulum quise narrar la historia de San Juan de una manera diferente. Contar los hechos destacando la presencia de la mujer como protagonista principal y no como simple espectadora.
Para esto, elegí escribir en prosa poética. Un estilo en el que fluyo con naturalidad y que, además, permite una fácil aproximación a los conceptos gracias a su síntesis expresiva.
Para acompañar cada texto, seleccioné elementos iconográficos y obras de artistas plásticos sanjuaninos. Con lo cual intenté que palabra e imagen se enlacen para brindar una experiencia estética integral y de valoración del acervo cultural de San Juan.
En la provincia donde la mujer votó por primera vez dentro del territorio nacional,
donde surgió la primera legisladora de Sudamérica y que dio figuras míticas como
Deolinda Correa, memorables como Paula Albarracín, bravas como Martina Chapanay
y rutilantes como María Ruanova, creo que se impone resignificar el rol de la mujer
como actora social.
Así, en el apartado: “Mujer apasionada”, intento presentar a una primera mujer
en abstracto, a su esencia. Describiendo en “Surgiste mujer” y en “Fertilidad” esas
características que -desde el principio de los tiempos- hacen de las féminas algo especial.
Luego, en “En el Valle del Tulúm” ya defino a esta mujer con aspectos propios
del suelo sanjuanino. Así en “Como el sol”, “En esta tierra” y “Atavíos” hago una
simbiosis de nuestra protagonista con elementos tales como los vientos Sur y Zonda, el calor, los minerales, el sol de la montaña, las uvas y las pasas.
En “Mujeres de ayer” escribo sobre aquellas que, con nombre y apellido, se
destacaron en el inicio de la escena provincial desde la época de la colonia y de la
independencia en adelante. “Mujeres de la historia reciente” engloba a las precursoras del voto femenino en el país, a las mujeres del terremoto y de la reconstrucción. Como también a las madres de Plaza de Mayo y a las novias o hermanas de los combatientes de Malvinas.
Finalmente, en “Apasionadas de hoy y para siempre”, retrato a la mujer en
democracia y a la que busca vivir libre, empoderada. Para culminar con la necesidad de tomar conciencia sobre los flagelos del femicidio y de la violencia de género.
Sueño, con este libro, poder brindar un humilde aporte estético, educativo y social
a este querido San Juan.
Federica Mariconda
Prólogo
Acaso las pasiones, el imperio de esas pasiones sea un territorio de difícil representación.
Tal vez sea necesario un mosaico siempre incompleto, el único modo posible de intentar construir un discurso que aunque no pueda dar cuenta de sus límites inabarcables, pueda reflejar como un destello pasajero la riqueza de tapiz, la innumerable trama de mujeres que en este valle han tejido con obras, con palabras, con sonidos, con morfologías de piedra y arenisca un tiempo distinto, un caudaloso río subterráneo que rumorea a través de la historia.
En una “labor y una lucha que parecen no cesar nunca” se encuentran muchas
claves de esa rumorosa aunque a veces oculta historia; las resguardadoras de la memoria aparecen aquí, en este mosaico textual y gráfico, revelando algunos nombres, algunas manos laboriosas, algunos rostros que creemos reconocer.
En el texto aparecen recurrentemente las alusiones a la lana, al tejido, al telar
que de modo incansable se traman con la política, el arte, la vida cotidiana, el sacrificio agridulce en el desierto y en el valle; desde las imágenes nos atisban miradas femeninas que aluden a nuestro territorio, a los cuerpos que los habitaron y atravesaron en batallas, fundaciones y partos. Como en una montonera fantasmal, surgen las mujeres en el horizonte de la historia, modificándolo, llamadas desde las palabras -también tejidas amorosamente- en estas páginas. Justamente, el tejido de las palabras es el único campo posible desde el cual podemos comunicarnos: en tanto símbolo, es la palabra la que logra reunir la memoria con el presente, las voces del pasado con la respiración de este tiempo.
¿Pueden sobrevivir sin raíces las imágenes y las palabras contemporáneas? Es
poco probable, pero precisamente esas raíces crecen a lo largo de la lectura de estas
mujeres apasionadas del valle del Tulum, cada estampa, cada párrafo nos recuerda un pequeño fragmento que ha permanecido vivo, esperando la atenta lectura como señal para cobrar sentido.
Estas palabras-raíces están compuestas del aire respirado y exhalado como sonido
significante, como presencia sonora de cada mujer cuyo nombre se evoca. La expansión de los signos a lo largo de estás páginas, es también la irreprimible
voracidad de la vida de las palabras creciendo sobre el blanco del papel, leer esas palabras significa iluminar de nuevo los ojos apagados de las que ya no están, pero que vuelven cantar en la mirada actual, en el tapiz nunca terminado pero siempre creciente de este libro abierto.
Alberto Sánchez Maratta